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¿Qué es ser mujer TLBIQ+ en esta sociedad?
noviembre 25, 2021

Hoy nos encontramos en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres. En el Perú, cumplimos 15 años desde que se declara el mes de noviembre como el “Mes contra la violencia hacia la mujer” por la Resolución Ministerial° 828.

Vivir siendo mujeres en esta sociedad dependerá de las identidades que nos intersectan, nuestra edad, identidad de género, orientación sexual, identidad étnica, si tenemos alguna condición neurodiversa, distrito donde residimos, nacionalidad, del grado académico que logremos alcanzar, si tenemos acceso a un trabajo remunerado o no, si decidimos maternar o no, si alzamos nuestra voz para el respeto de nuestros derechos o si hacemos política. Conforme tenemos más o menos de estas características nos tratan diferente.

Nacemos con distintas imposiciones sociales que corresponden de manera tradicional a ser mujer. Nos enseñan a servir, cuidar, desarrollar habilidades esperadas de la feminidad como saber cocinar, lavar, coser, tejer, bordar, ser multifuncionales, ser indispensables en la casa, inteligentes, guardar el pudor y siempre tener cuidado con nuestros comentarios. Si es que en algún momento nos liberamos de ello sufrimos violencia porque hacemos tambalear las estructuras patriarcales en las que se basan estas imposiciones sociales propias del sistema.

Nos hacen creer que tenemos que desarrollar ciertos poderes para ser funcionales en esta sociedad:

  • El poder de salvación, sentir la necesidad de ayudar a las personas cercanas y no cercanas a nosotras, estar al pendiente de las acciones de otras personas, estar alertas de subsanar lo que encontramos por el camino, sentirnos con la responsabilidad de aceptar peticiones de ayuda y en algunas ocasiones creemos que esta bien dejar nuestras actividades personales por ayudar a lxs demás.
  • El poder de cuidar, crecemos pensando que nos debemos a otras personas, estar atentas de la salud física y mental de lx otrx antes que la propia, “si el otrx está bien nosotras también”. En suma, antes de preocuparnos por nosotras mismas, tenemos que desarrollar el cuidado hacia plantas, mascotas, hermanxs, padres, pareja e hijxs.
  • El poder de hacer mil cosas a la vez.Podemos estar pensando en lo que nos falta comprar para el almuerzo mientras estamos trabajando, trabajar y estar cuidando al hijx a la vez, pensar en lo que queda pendiente en cuestión de pagos o ir sacando cuentas mientras estudiamos. En esta pandemia esto se ha acrecentado.

Si ponemos en práctica estos “poderes” muchas veces nos quedamos sin tiempo para nosotras mismas.

Entonces cuando ser mujer (o persona asignada mujer al nacer) y pertenecer a la comunidad LGTBIQ+ se intersectan traen consigo otros estereotipos y juicios en base a mandatos sociales conservadores. Podemos encontrarnos con los siguientes comentarios: “No estás cumpliendo con el objetivo de preservar la especie”, “eres amoral”, “no es natural”, “tienes algún problema mental”, entre muchas otras. Sin embargo las imposiciones sociales vienen a calar con mayor incidencia en el ejercicio de nuestra sexualidad. Nos enfrentamos a la hipersexualización, ser vistas como un atractivo o fetiche sexual y ser cuestionadas por no siempre cumplir con la maternidad obligatoria.

Cuando la sociedad junta estas dos características para poder permitirnos existir, nos agrede física y verbalmente, viola para que corrijamos nuestra orientación sexual o identidad de género, nos discrimina para hacernos callar e impone que nuestra vida la llevemos de manera privada. Nos encierra.

Actualmente, tenemos rutas que son necesarias compartir y visibilizar para que toda mujer que se encuentre en una situación de violencia pueda denunciarlo como la Línea 100, el Chat 100, los Centros de Emergencia Mujer (CEM), el Servicio de Atención Urgente (SAU) y el Hogar de Refugio Temporal (HRT)

Así mismo, es importante que si somos TLBIQ+ nos respaldemos en los Lineamientos para la atención de personas LGTBI en los servicios del Programa Nacional Contra la Violencia Familiar y Sexual del MIMP, para exigir que se nos brinde un servicio con enfoque en diversidad sexual. Las y los profesionales de los servicios del Programa Nacional para la Prevención y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres e Integrantes del Grupo Familiar (PNCVFS) deben brindar una atención especializada, libre de estigma y discriminación. Esto ha sido respaldado por el reconocimiento de  la discriminación por orientación sexual e identidad de género como un delito, y se invita a denunciar estos actos en el folleto de Pautas igualitarias para promover los derechos de las personas LGTBIQ+ en el contexto de covid  19 .

Para hacer tambalear el poder que se ha concentrado en contra de nosotras y nuestra calidad de vida, debemos alzar la voz y exigir el cumplimiento de nuestros derechos humanos, incluyendo el trato igualitario dentro del sistema educativo y el acceso a espacios seguros laborales seguros. Dentro del camino a lograr nuestra independencia y autonomía económica nos encontramos en la búsqueda de espacios laborales seguros en donde podamos desarrollar nuestro potencial profesional. El acoso y hostigamiento en espacios laborales ha incrementado, y es incluso mayor hacia mujeres de la diversidad LGBTIQ+. Hoy en día, buscamos empresas en donde nos sintamos seguras, buscamos espacios públicos en donde no temamos por nuestra seguridad, pero sobre todo buscamos aliadxs que nos ayuden a construir esos lugares.

Te invito a sumarte a visibilizar este día, así como a alzar la voz (de la manera en que puedas) por nuestros derechos.

Adri Buiza Gomez (ella/elle)

Bachiller en Psicología por la Universidad Nacional Federico Villarreal, especialista en salud sexual, salud reproductiva y derechos humanos. Estudios de Género en la UBA – Universidad de Buenos Aires y en el Instituto de Ciudadanía y Democracia ICD.