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Ser una persona LGBTIQ+ refugiada no me quita mi dignidad humana
Junio 20, 2023

Las personas con diversas orientaciones e identidades de género refugiadas o solicitantes de asilo tenemos derecho a la protección internacional y a una atención integral en los países de acogida y tránsito.

20 de junio de 2023. Hoy conmemoramos el Día Mundial de las personas Refugiadas, una fecha establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2000 para reconocer a todas las personas que se ven obligadas a huir de sus hogares debido a conflictos, persecuciones o violaciones de los derechos humanos. Esta fecha tiene como objetivo crear conciencia sobre la difícil situación que enfrentan las personas refugiadas en países de acogida y tránsito, e incentivar el apoyo a sus derechos y necesidades de protección internacional, así como reconocer sus contribuciones a las comunidades de acogida y promover la inclusión y la integración de las personas refugiadas en sus nuevos entornos.

En el marco de este día, desde la Red de Protección a Personas LGBTIQ+ refugiadas, migrantes y solicitantes de asilo en las Américas realizamos una radiografía de los factores que enfrentan las personas LGBTIQ+ refugiadas desde el primer momento en que se ven obligadas a migrar de su país de orígen. Sobre esto, es importante mencionar que estas personas enfrentan situaciones de violencias y vulneración de derechos relacionadas con su orientación sexual, identidad y/o expresión de género y características sexuales diversas, las cuales se sustentan en prejuicios e imaginarios negativos. En consecuencia, deben enfrentarse a acciones de discriminación y estigmatización en sus países de origen y durante su proceso de desplazamiento, configurandose así un continuum de violencias ejercidas por grupos criminales, autoridades migratorias, agentes de seguridad y de la sociedad en general. 

En esta misma línea también se ubican los contextos de violencia y persecución que, en algunos casos, obligan a las personas LGBTIQ+ a migrar de sus países. Estas se se materializan en violencias por prejuicios, crimenes de odio, agresiones físicas, violencia sexual, detenciones arbitrarias, amenazas de muerte o violencia familiar. Estas violencias también pueden persistir en procesos migratorios, tomando forma a través de tratos hostiles y explotación laboral o sexual. Sumado a esto, existen barreras para acceder a regularización migratoria y documentación que respete su identidad de género; ademas, dificultades en el acceso a derechos fundamentales, construcción de redes de apoyo, reparación a víctimas de trata de personas, entre otras. 

Obligaciones de los Estados. Desde mediados del siglo XX, a través de tratados, declaraciones y convenciones se empezó a reconocer en el mundo los derechos y la dignidad humana de las personas refugiadas y solicitantes de asilo. De esto da cuenta la Declaración de Cartagena sobre los Refugiados, un instrumento regional sobre protección de personas refugiadas en América Latina. Esta fue adoptada el 22 de noviembre de 1984 en Cartagena de Indias, Colombia, durante la Reunión de Expertos Gubernamentales sobre Asilo y Protección Internacional en América Latina. En su versión original, la Declaración de Cartagena no hacía referencia explícita a las personas LGBTIQ+. Sin embargo, en años posteriores, mediante la interpretación y aplicación progresiva de los principios de la Declaración, se han reconocido las situaciones particulares y las necesidades de protección de las personas LGBTIQ+ que son perseguidas en sus países de origen debido a su orientación sexual o identidad de género. 

Del mismo modo, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha establecido y promueve los principios y estándares internacionales en materia de protección de las personas refugiadas, basados en la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y su Protocolo de 1967. Además de la Convención de 1951, el ACNUR ha emitido directrices, recomendaciones y manuales para ayudar a los Estados y otras partes interesadas a implementar las normas de protección de los refugiados. 

A pesar del establecimiento de estos principios, actualmente las personas refugiadas y en contextos de movilidad humana continúan enfrentando realidades hostiles que hoy nos llevan a hacer un llamado a los países de acogida y tránsito en las Américas para que implementen de manera integral y urgente los siguientes puntos. En primer lugar, hacemos un llamado al reconocimiento de la situación de vulnerabilidad de las personas LGBTIQ+ en el marco de la crisis humanitaria y garantizar su protección y atención integral. También a la promoción y protección los derechos humanos de las personas con diversas orientaciones e identidades de genero, incluyendo el derecho a la vida, a la identidad, la integridad personal, la no discriminación, la igualdad de trato y la libertad de expresión. Por último, garantías para que las personas LGBTIQ+ tengan acceso a servicios básicos como salud, educación, vivienda y empleo, sin discriminación ni barreras.

Por otro lado, reconocemos el apoyo de la cooperación regional e internacional, ya que, junto a nuestras organizaciones, ha sido posible lograr la implementación efectiva de programas que abordan desafíos apremiantes, como la asistencia humanitaria, la educación, la salud y el fortalecimiento comunitario.  Sin embargo, en aras de continuar aunando esfuerzos de manera efectiva, extendemos estas recomendaciones: 

  • Fortalecer los programas de asistencia y protección a migrantes y refugiados, garantizando su acceso a servicios esenciales, como atención médica, vivienda, educación y empleo.
  • Promover la cooperación y el intercambio de buenas prácticas entre los países de origen, tránsito y destino, a fin de facilitar una migración segura, ordenada y regular.
  • Apoyar programas de reintegración sostenible para aquellos que optan por retornar a sus comunidades de origen, brindando oportunidades de empleo, capacitación y apoyo psicosocial.
  • Contribuir al fortalecimiento de las capacidades de las instituciones locales y organizaciones de la sociedad civil para enfrentar los desafíos migratorios y de retorno.
  • Exhortar a los gobiernos locales a que brinden respuesta oportuna y responsable a los procesos migratorios en sus regiones. Teniendo en cuenta que los países tienen la obligación de respetar e implementar los diferentes instrumentos internacionales de protección que han firmado.

Finalmente, en este día la Red de Protección a Personas LGBTIQ+ refugiadas, migrantes, solicitantes de asilo en las Américas —integrada por FALGBT (Argentina), Red Latinoamericana GayLatino (Bolivia), ULTRA (Brasil), Casa 1 (Brasil), LGBT+ Movimento (Brasil), Associação Manifesta LGBT+ (Brasil), Casinha (Brasil), Casa Miga (Brasil), MILBI+ (Brasil), Migración diversa (Chile), Colectiva Manifiesta (Chile), Rompiendo el silencio (Chile), Fundación Sergio Urrego (Colombia), Red Somos (Colombia), Corprodinco (Colombia), Fundación GAAT (Colombia), Corporación Caribe Afirmativo (Colombia), Fundación Censurados (Colombia), IRCA-Casa Abierta (Costa Rica), Fundación Equidad (Ecuador), Diálogo Diverso (Ecuador), Otrans RN (Guatemala), Lambda (Guatemala), Colectivo unidad color Rosa (Honduras), Somos CDC (Honduras), Fundación Arco Iris (México), Synergía (Paraguay), Presente (Perú), Azul Positivo (Venezuela) y Unión Afirmativa (Venezuela)— hacemos un llamado a países de acogida y a la cooperación regional e internacional a garantizar que las personas LGBTIQ+ refugiadas tengan acceso a una protección adecuada, servicios y apoyo. Esto implica la implementación de políticas inclusivas con enfoque de género, la capacitación de los profesionales que trabajan con personas refugiadas y la promoción de la igualdad de derechos y oportunidades para todas, todes y todos.